Púrpuri-Amigos: Leo, "El Rolo"

Púrpuri-Amigos: Leo, "El Rolo"

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Haciendo un retroceso por mi lista de "Púrpuri-Amigos", me he percatado de que la gran mayoría de ellos son personas que de una u otra forma, los he conocido por medio virtual. No importa si luego de algún tiempo, re-afirmamos nuestra amistad conociéndonos personalmente o si por el contrario todo permanece igual de inmutable, lo usual es que el inicio de mis amistades se lleven a través de este medio.

Leo, "El Rolo" es uno de esos púrpuri-amigos que conocí gracias a un MMO-RPG (Massively Multiplayer Online-Role Playing Game), -para efectos de un mejor entendimiento, véase el siguiente link-. Si hago un recoderis, podría decir que lo conozco desde hace unos 2-3 años atrás aproximadamente, no recuerdo muy bien...-la única certeza que tengo, es que me lo topé justo en esa precisa etapa de mi vida en la cual me encontraba desempleada y era bastante vaga. Para ese entonces lo único que hacia era jugar, jugar...y jugar-. 

Leo, es de esas personitas que exudan buena vibra, es bastante inteligente y perspicaz, es un muy buen conversador -me encanta su acento!-. Posee en muchos aspectos una perspectiva lo suficientemente madura del mundo y las circunstancias que lo rodean, por lo que normalmente transmite confianza. Su sentido del humor es algo peculiar, no es ni muy carismático pero tampoco es soso. Su aspecto físico -para mi gusto- es bastante atractivo. Es bastante relajado y bohemio, extrañamente se le ve angustiado por alguna cosa, su lema sería: "¿Para qué darse mala vida?". Y si hay algo en él que me agrada en cantidad, es que proyecta ser de esos que valoran y cuidan a sus amistades, siempre he sentido que con él se puede contar en las buenas y en las malas.

Algo curioso que me ocurrió con este caballero es que, en alguna ocasión cuando fui a Bogotá habíamos quedado en que aprovecharíamos mi corta estadía para conocernos, charlar, salir y compartir un poco...cosas que nunca se llevaron a cabo porque al final me dio terror y no tuve la valentía para tan siquiera llamarlo y explicarle mi situación. Como era de esperar, el enojo de ese hombre fue enorme -aún hoy día, cada vez que puede me lo reprocha y tira en cara-. Pero, ¿Qué podía hacer yo? En aquel entonces, mi timidez era tan grande que francamente esa posibilidad no se llevaría a cabo nunca. Ahora, pensándolo con cabeza fría y habiendo superado en gran medida mi timidez, afirmo con seguridad de que si la vida me da la oportunidad de conocerlo face-to-face, sin duda lo haria...

Hoy por hoy, Leo ha abandonado el país, hace algunos meses atrás tuvo el coraje suficiente para tomar la loca decisión de irse, a los 25 años, como "mochilero" a Argentina. Luego de haber pasado por las verdes, hoy se encuentra instalado en su propio espacio, consiguió un trabajo, nuevas amistades y hasta una pareja. Quiero pensar que a pesar de todo esto, seguiremos manteniendo el contacto, que seguiremos charlando por Skype o que recibiré nuevamente llamadas inesperadas de su parte, quiero tener el anhelo de que aunque no nos conozcamos presencialmente, podremos conservar esta linda y distante amistad.