"Sálvese quien pueda"

"Sálvese quien pueda"

sábado, 31 de agosto de 2013

Siempre he pensado que la vida, por si sola, es una maestra en cuanto a la ironía, el sarcasmo y el cinismo se trata. Muchas veces, sin importar cuanto esfuerzo le adhieras a algo o a alguien, las cosas no salen como esperas; en muchas otras ocasiones comienzas pensando y actuando de tal manera, para darte cuenta -al final de todo- que estas transitando por ese preciso camino que tanto querías evadir...Y lo mas frustrante de todo, es que ya te resulta difícil detenerte para encaminarte nuevamente por el "buen sendero"...Pues bueno, a pesar de tener consciencia de este punto vivencial, por ser humana, hecha de carne, por ser un saco lleno de expectativas e ilusiones, temores y caprichos...No he podido esquivar -por esta ocasión- esa frustrante piedrecilla. Hoy por hoy, puedo decir con todo orgullo y con mi pecho airoso que: "Prediqué y no apliqué!". 

Ya dicha la ante-sala y dada por terminada la exposición de mi teoría, procedo a auto-explicar mi problemática:

Sucede que en la tarde de hoy, mientras veía un par de películas en cine, me termine de cerciorar de que en verdad siento algo supremamente especial por alguien. Sin importar cuanto esmero y negación me dediqué a mi misma para evitar que esto sucediese: aquí estoy! Si bien es cierto que ya venia sospechando este asunto, aún no quería ponerle la cara, no quería hacerle frente y mucho menos aceptar que en verdad esa persona se ha enclaustrado en algún rinconsito recóndito de mi corazón. ¿Cuál fue el detonante para admitir el sentimiento? Sencillo! Me sorprendí a mi misma pensando: "Seguramente estas hookahs le han de gustar. Les sacaré un par de fotos para mostrárselas luego, seguramente se emocionará al verlas..." o "Wow! Esta película de miedo está excelente, ¿Será que esta si le gustará o pensará que es igual a todas las demás? Si le digo para verla, puede que no se niegue e intente asustarme a cada rato mientras la vemos..." o "Esta comedia seguro le va a encantar, le diré para descargarla y verla juntos. Se que se reirá mucho y hará ese gesto particular de llevarse la mano a la boca para intentar ocultar su sonrisa. Se que le gustará...".

Justo en el momento preciso cuando me percaté de que para casi todo lo que detallo, instantáneamente me cuestiono si podría o no gustarle, me di cuenta de que esto ya no tiene reversa. Simplemente me he apegado demasiado a él, hasta tal punto que quiero hacerlo participe y compartir con él cada pequeño descubrimiento que pueda hacer en mi día a día. De la manera mas terrorífica, él se ha instalado en mi mente, en mi corazón y no encuentro la manera de desalojarlo, un pedazo de mi se rehúsa a sacarlo, quiero guardarlo aquí adentro...aún a sabiendas de la cruda realidad que me espera. Tengo certeza de lo que debo hacer; más sin embargo una pequeña porción se me ha enraizado en la obstinación y ¿Qué se supone que debo hacer?, ¿Darle tiempo al tiempo?, ¿Lanzar ataques repetitivos para borrar el sentimiento?...No sé!

Precisamente por este tipo de cosas es que tengo tan mal referenciada a la Sra. Vida; porque solo ella es tan burlona como para situarte en medio de este tipo de circunstancias -en donde no han de existir finales felices- y abandonarte a tu suerte al mejor estilo: "Sálvese quien pueda"...Pero, ¿Y quién me salva a mi?